Cada 01 de agosto, la ciudad se transforma en un ámbito de espiritualidad y veneración con la celebración del “Pachamama kusilla, kusilla”. Desde las 9.30 hasta las 16.00 horas, la plazoleta de La Madre, situada en avenida Perú y Sarmiento, se llenará de rituales y ofrendas en honor a la Madre Tierra.
Esta festividad es mucho más que una simple reunión; es una profunda expresión de conexión ancestral con la naturaleza y una oportunidad para rendir homenaje a la Pachamama, una figura venerada por diversas culturas latinoamericanas. En las cosmovisiones andinas, la Pachamama simboliza la fertilidad y la abundancia, y es considerada la fuente de vida que sustenta nuestro planeta.
Durante la jornada, la comunidad tendrá la oportunidad de participar en una ceremonia que ha sido transmitida a lo largo de generaciones. Este acto de gratitud y respeto hacia la tierra invita a los vecinos a ofrecer tributos a la Pachamama, en una práctica que refuerza los lazos entre los seres humanos y el entorno natural.
“Cavamos un pozo que representa la boca de la tierra donde depositamos los productos como muestra de agradecimiento. Los adornos y aguayaos preparados previamente se los llama “corpacho”, los cuales son sahumados antes. De esa manera se limpia el espacio de energías malas”, explicó Dante Vildoza, organizador histórico de la propuesta junto a su mujer Alicia “Chochi” Gunsett.
Más allá de la ceremonia, el encuentro sirve para fortalecer la cohesión comunitaria y profundizar en las raíces culturales de la región. La celebración promete brindar un momento de reflexión y unión, en el que todos aquellos que se acerquen podrán vivir la experiencia de un ritual milenario que destaca el respeto hacia la naturaleza.
En este sentido, Vildoza adelantó que “comenzamos ofrendando el agua para que nunca falte el líquido vital para riego y para todo lo que es necesario. Continuamos con el pan para que nunca esté ausente en la mesa de los hogares argentinos. Luego proseguimos con verduras como papa, zapallo, batatas, polenta, legumbres, hierbas medicinales y frutas”.
Por último, comentó que “la ceremonia se realiza todo el mes. Luego de haber cubierto el pozo las ofrendas pueden ser colocadas en la apacheta, el altar de la Pachamama. Se trata de montículos de piedras que se ubican generalmente a la orilla de los caminos. Se puede ofrendar lo que sea y pedir lo que se desea”.
La invitación está abierta a todos, quienes podrán dejar sus ofrendas y compartir este emotivo acto de reconocimiento y gratitud hacia la Madre Tierra.
Mañana, Tafí Viejo será el punto de encuentro para una celebración que no solo honra la tradición, sino que refuerza el vínculo profundo entre el hombre y el entorno que lo rodea.
