Durante el fin de semana Alejandra Rodríguez fue sometida a un hostigamiento en las redes sociales, que comenzaron como quejas habituales y culminaron con personas incitando “a sacarla a la fuerza”, lo que representa un ataque a la democracia y una forma de intimidación.
Estas acciones se engloban en la denominada violencia política por razones de género, que se define como aquella que se dirige a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación política de la mujer, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencias y/o derechos a participar en los asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los varones.
La violencia y el acoso político describe comportamientos dirigidos específicamente contra tales personas, por ser mujeres o tener identidades feminizadas, con el propósito de desalentar su participación en la política, presionando para que renuncien a sus candidaturas o a un cargo político en particular, como en este caso.
Por ello, no es casualidad que la primera jefa municipal que tiene la Ciudad del Limón y a cinco meses de iniciado su mandato sea atacada con mensajes misóginos y despectivos, ya que aún hay sectores conservadores y machistas que consideran que una mujer no puede gobernar, por lo que se ocultan atrás de “ciudadanos comunes” para orquestar e incitar a la violencia. Cuando son hombres los que lideran se les “da tiempo”, se les “tiene paciencia” pero cuando es una feminidad se le exigen resultados en el momento sin analizar el contexto en el cual gobierna.
¿Le reclaman lo mismo a hombres que a mujeres?¿Se miden las gestiones con la misma vara? Los comentarios han plasmado la falta de coherencia de una sociedad machista que solo busca descalificar la imagen de la actual cabeza del municipio y ha generado una tensión entre quienes se posicionan del lado de Rodríguez y aquellos que buscan menospreciarla.
Por su parte, Rodríguez afronta escenarios políticos complejos ya que no cuenta con fondos ni financiamiento de Nación para obra pública, cultura, salud ni infraestructura debido a que el gobierno de Javier Milei lleva adelante un brutal ajuste con la excusa de eliminar el déficit. Ajuste que cae de manera directa en la sociedad con despidos, aumentos excesivos del precio de los alimentos, tarifazos; lo que genera un aumento de pobreza y crisis social.
En general, este accionar debe ser repudiado por toda la clase política, donde es necesario fijar límites y normas de convivencia para no naturalizar la agresión y no vulnerar la participación democrática. La igualdad entre la mujer y el varón debe ser planteada en términos reales, siendo el respeto un pilar esencial.
