Se muestra tranquilo, con mate en mano y el termo bajo el brazo. Piensa con detenimiento cada una de las palabras que va a emitir, siempre con una sonrisa y con la calma que, tal vez, absorbió de ese compañero de vida con el que transitó miles de kilómetros: el charango. Nicolás Segovia nació en Buenos Aires, el camino de la música lo trajo en otras ocasiones a Tafí Viejo, y esta vez volvió con más proyectos y expectativas.
Luego de tanto recorrido ¿Qué te trae nuevamente por estas tierras?
Estuve en el 2021 por aquí. Vengo no sólo a hacer música sino a nutrirme de la música de amigos que son referentes como Ricardo “Chanfaina” Di Clemente y Héctor “Galleguito” Estrada, por nombrar algunos, y tantos otros compositores que me comparten sus saberes y me brindan mensajes de apoyo. Se genera una conexión única de la estoy agradecido.
Cuánto tiene que ver Bruno Arias, quien vivió un cierto tiempo aquí, para este vínculo tuyo con la ciudad
Con Bruno además de ser amigos, tocamos juntos. Tenemos un lenguaje musical único entre cuerdas en lo que se refiere a la guitarra y el charango. Al forjar esa relación con él me dijo un día: ‘tenemos que ir a Tafí’. Siento que me encontré con ese duende que te implanta la música, esa magia que la podés manifestar a través de tu instrumento y eso me trajo hasta aquí. Al empaparme de conocimiento y de eso que te motiva a querer tocar todos los días, me encuentro de repente en Tafí Viejo con toda esa sonoridad y lo que me pasaba de chico al escuchar a Lucho Hoyos, Juan Falú o Pepe Nuñez.
A propósito de tu niñez: ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la música?
Soy del barrio Jorge Newbery en Gregorio de Laferrere. Estaba en cuarto grado cuando el profe Darío Álvarez, tremendo músico integrante de Los Cafres, iba con su charango a las clases. Eso despertó mi curiosidad y fue así que me compré, con ahorros propios, mi primer charango con 70 pesos. Se lo llevé al profe quien se sorprendió. Los primeros temas que aprendí fueron El Humahuaqueño y La Humilde. Allí comenzó todo. Saqué temas de todos los estilos, me empecé a encontrar con docentes y formadores del charango y eso me llevó a estudiar en la escuela de música Juan Pedro Esnaola en Chacharita, donde hice la carrera de música. Paralelamente, ya tocando en el medio peñero, lo conozco a Tomás Lipán quien me invitó a sus shows. La primera vez estaba re cagado, por esa cuestión de los nervios, sumado a ello toqué sin su banda, con toda la presión que eso significa, pero lo disfruté.
¿Es verdad que desde los 20 años ya contás con el título docente?
Terminé la secundaria y casi al mismo tiempo finalicé el conservatorio y me recibí de docente de música. A esa edad ser músico profesional es algo especial. A muchos les lleva muchos años consolidarlo. Recuerdo que Lipán me pasó 150 shows en un año, presentaciones en medios, festivales…
Te encontraste con un mundo que anhelabas.
Yo quería laburar de charanguista, es lo que soñé, lo busqué y lo encontré. Hace 14 años que me gano el sueldo haciendo algo que quería, cuestión que en nuestro país es muy difícil. El valor agregado abarca un aprendizaje de todos los días. Viajar por todo el país te llena de saberes de lo que está pasando culturalmente en ese contexto al que vas, eso hace que lo manifiestes en tu creación.
No quiero finalizar la entrevista sin que cuentes la experiencia de haber actuado en el Hogar Gerontológico San Alberto de la mano de “Chanfaina” Di Clemente, quien trabaja y desarrolla una labor social especial en la institución.
Más allá de la bohemia, el compartir con músicos una comida o un brindis, un día, en el 2021 me encontré en un geriátrico compartiendo música con otras generaciones, lo que me llevó a recordar a mis abuelos y a tantos otros que en una etapa particular de su vida sienten la música con una pasión distinta y que me lo guardo en el corazón. Cada vez que vengo me dan ganas de ir a ese espacio donde cantamos y bailamos. Eso te lleva a tener los pies sobre la tierra, es llegar al corazón de alguien al que le hace bien el arte y ese día lo hace feliz. Es un momento único en el que las cambias a esas personas, y uno también cambia. De ese modo, la música se vuelve una fortaleza.
Dónde actuará Nico Segovia este fin de semana:
*Viernes a las 22 en Sol de Perú, Las Piedras 956. Espectáculo íntimo, acompañado por José Pinto y Abel Mendoza. Gastronomía peruana.
*Sábado a las 22:30 en Santa Marta restó, avenida Aconquija 1645, Yerba Buena. Se presentará junto a la flautista Carla Guzmán.
*En tanto, el músico aprovechará sus últimos días en la provincia para transmitirles contenidos a su grupo de estudiantes de charango, con quienes tiene contacto todo el año vía on line y les brindará material de acuerdo a sus niveles y necesidades.
Nico Segovia en Instagram: nicosegoviacharanguista
