Los datos publicados por el INDEC como resultado del Censo 2022 marcan una abrupta caída de los porcentajes de mujeres adolescentes (15-19 años) que tienen hijos. En 2013 se registraron 117.386 nacimientos con madres de menos de 20 años. Las cifras actuales hablan de 47.630. Son 70 mil embarazos menos.
Este número no es magia sino el fruto de un Estado presente que diagramo políticas públicas para atender una problemática especifica. Las herramientas que se utilizaron en el territorio están incluidas dentro del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), la Educación Sexual Integral y el programa de Salud Sexual y Reproductiva.
La tasa de fecundidad en este grupo etario es analizada porque los embarazos suelen ser riesgosos durante este período implicando serios problemas de salud, en general no son planificados y tienen impacto en la trayectoria escolar e incorporación laboral de las personas gestantes.
Estos programas garantizaron el acceso de la comunidad a información y a métodos anticonceptivos gratuitos. El Plan ENIA se implementó en 36 departamentos de 12 provincias consideradas prioritarias a partir de una visión integral e intersectorial del problema, con perspectiva de derechos y enfoque de género.
En la actualidad hay malestar porque aún no se sabe cómo seguirán las políticas que protegen los derechos reproductivos y sexuales por que el gobierno de Javier Milei no hizo anuncios y el presidente muestra un discurso violento y de oposición a la perspectiva de género.