100 DÍAS DE MILEI GOBERNANDO

Cien días son la nada misma, si los medimos con la historia de la humanidad o con los de la civilización. Ni qué decir si lo hacemos tomando como referencia al Universo, tan misterioso e infinito; tan poderoso e inalcanzable. Para esas fuerzas del cielo, que no dejan de maravillarnos cada vez que levantamos nuestra mirada hacia él, Milei y sus 100 días, no es más que un pedo. Nauseabundo; desubicado e inoportuno, pero pedo al fin.

Pero también – cien días – son demasiados días, cuando éstos son de pura destrucción; de humillación; de criminalización; de inescrupulosidad para mentir, mentir y mentir, sabiendo que la historia enseña que (siempre) algo queda en el sentido común de la gente desmemoriada; de la que es ignorante o avestruz; de la que disfruta con ser despiadada; de la que camina por nuestras veredas y plazas celebrando ser un desclasado, haciéndolo no por rebeldía o por provocar, sino porque en sus pequeñas cabezas jamás llegaron a desarrollar una Conciencia de Clases.

Este nuevo Menemismo Dictatorial Siglo XXI (autonombrado La Libertad Avanza), logró poner a una República con más de 200 años de vida, al borde de una implosión, con chispas al alcance de las manos por donde se mire. Y lo hizo en 100 días.

• Paralizó al Estado y amputó varios de sus miembros, reduciendo su gobierno a “cero gestión”. Tanto Milei, como el resto de sus Funcionarios, cobran sueldos no para gestionar, sino para rematar el País.
• El rubro de la Construcción (motor de toda economía en el mundo), perdió 60.000 puestos de trabajo en estos desequilibrados días gobernados por un desquiciado, afectando a 1.400 empresas en todo el País.
• Solo en Enero de 2024, las Ventas del comercio minorista cayeron un 28%, mientras que los Salarios perdieron contra la inflación en estos primeros cien días de autocracia, un 27,5% y 25% las Jubilaciones.
• La Producción Industrial cayó un 19% y la Capacidad Instalada un 18%. Se desreguló el Mercado en todas sus variantes, dejando a la Ciudadanía a merced de los tiranos del consumo básico (que no es lo mismo que el consumismo) y hasta FOPEA ya denuncia que la libertad de expresión está en riesgo, ya que el 40% de los ataques que sufre el Periodismo, proviene del Presidente o de personajes de su Gobierno.

No hay Ajuste en este anacrónico modelo neoliberal reciclado, sino una deliberada expropiación por parte del Poder Unitario y Central, de los dineros del Estado Nacional y el de los Estados Provinciales y Municipales, en beneficio de los Grupos Concentrados y de los fugadores seriales que encabeza el Ministro Caputo.

No se luchó (desde el autócrata gobierno de Milei), contra ninguna Casta. Todo lo contrario: se reivindicó a la Casta Lacra, con históricos nombres como los de Bullrich; Sturzenegger; Caputo; Menem y Menemismo, mucho Menemismo, a tal punto que volvimos a verle el rostro a Zulema (h).
A pesar de estos primeros 100 días de Milei como Presidente, más de un 45% de la Sociedad sigue confiando en su discurso y en sus promesas de paraísos celestiales a cambio de infiernos terrenales. Creen y tienen esperanza, incluso compatriotas que viven en las zonas más miserables y vulnerables de nuestra Patria.

No los culpo, aunque tampoco los perdono.
Pero la culpa de haber llegado a este presente es – mayormente – nuestra y del Gobierno del Frente de Todos. Nuestra, por la tibieza con que muchas y muchos no aceptaban la crítica interna, bajo el argumento que las mismas daban de comer a la Derecha. Del Gobierno, por haber sido lo que fue y por haber alimentado y beneficiado al enemigo, en lugar de enfrentarlo. Es culpable por no ser lo que prometió ser y somos culpables, por haber permitido la mentira de que seríamos mejores de lo que habíamos sido.

Resistencia y lucha, es lo que nos depara el presente y el futuro inmediato. Verticalidad estúpida y autómata para que se mantengan los mismos de siempre, es lo que muestra el horizonte, si no rompemos con la lógica de la vetusta partidocracia argentina, tan podrida y contaminada, que sería capaz de firmar un Pacto del 25 de Mayo, con el máximo referente del Colonialismo y del Imperialismo Financiero en nuestro suelo, ocupando la Casa Rosada.